Una por cada letra

Puedes conocer a muchas personas, cada una de ellas con mil cualidades. Habrá algunas Buenas, otras Cariñosas, Dulces o Escépticas, conocerás a algunas Formidables, Graciosas, Hábiles, Incontrolables, Jocosas, Kamikazes, Locas, Mimosas, Necias, Ñoñas, Ocupadas, Pesadas, Quejicas, Remilgadas, Sosas, Taciturnas, Ufanas, Vanidosas o Zumbadas. Podrás encontrar personas con personalidades diferentes, con tantas cualidades como puedas imaginar, una por cada letra del abecedario. Pero de cada letra, yo me quedo con la mejor cualidad de todas. Aquella que empieza por la primera letra. Porque de cada cualidad, yo me quedo con la Amistad.

Cadenas

Siempre me ha gustado esa frase en la que se habla de que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil. A veces imagino que la vida se puede comparar con una cadena, formada por pequeños eslabones, trenzados los unos con los otros. Cada pequeño fragmento correspondería con una persona especial, con alguien que te importa, que pasa contigo el día a día, alguien a quien realmente valoras. Y así, juntos, trenzados y unidos formarían la cadena. ¿Y si alguno de esos eslabones falla? Podéis imaginar que la cadena se rompería en mil pedazos. Podría recomponerse sin ese eslabón, si, pero nunca volvería a estar igual que antes. Y, ¿qué es una cadena sin su dije? La parte más hermosa, más importante de la cadena, de la vida. Pero a la vez la más vulnerable. Porque perderle significa que toda la cadena, aunque permanezca intacta, quedaría sin significado. Mi dije siempre ha sido esa pequeña clave de sol que tanto a visto de mi vida, que tanto ha vivido conmigo. Porque representa a esas personas especiales a quienes nunca querría perder, sin las cuales, la cadena dejaría de tener sentido. Mi cadena cumple ya 18 años. ¿Qué pido para este nuevo año? Que la cadena nunca se rompa, que mi dije siempre quede conmigo, y que pueda reír y disfrutar como en estos últimos 17 años.

Todo pasa y todo queda

Todo empieza y todo acaba. Y, casi sin darnos cuenta, hemos terminado esta etapa de nuestra vida. Como debe de ser ¿no? Comenzamos siendo unos niños, con apenas 11 años. ¿Os acordáis de aquella época? Cuando nos perdíamos por los pasillos del instituto. Cuando pirarse el último día de clase te hacía ser el más valiente de tu clase. Y ahora, mayores de edad o a punto de serlo, pensando en qué hacer el año que viene, ir a la universidad, vivir por nuestra cuenta. Un paso muy importante. Pero, a pesar de ello, siempre nos quedarán todos esos momentos vividos. Yo creo que nunca podremos olvidar los recreos de primaria jugando a suelito en el arenero, o en los columpios de madera del patio. Las clases de infantil jugando a las casitas, rompiéndonos esas batas naranjas de cuadros que todos teníamos. Los bailes en el gimnasio que, menos bailar, hacíamos de todo. Los partidos y los piques de A contra B. Las tardes jugando en la U a tiburón, que no terminaban hasta que alguno se caía. Y más tarde, las clases en el instituto, cuando nos decían que éramos la peor clase que había pasado por allí, el fairy del laboratorio, que lo cargaba el diablo. Las clases de biología, con los compuestos "anfipáticos", que siempre nos hacían reírnos. Además de este último año, desesperandonos con los chistes malos del de historia, con las clases "heavys" de Laura, las piedras y demás mierdas, y las horas de filo con los comentarios de Samuel.

En definitiva, una gran época y un gran año que va dando a su fin. Ahora, cada uno seguirá por su camino, si, pero siempre nos quedarán los momentos vividos.

Aprender a bailar bajo la lluvia. Suena demasiado fácil ¿Verdad? Sentir que eres como una pequeña gota que cae hacia la tierra. Es tu decisión, tu decides el dónde y el cuándo. Simple y sencillo. Pero es entonces cuando llega la gran tormenta, cuando los problemas caen de golpe encima nuestro. Y tú, que has sido siempre tan inocente, tan inconsciente y tímida, que siempre has visto el mundo a tu manera, te ves abrumada por toda esa tormenta que te aplasta. Todos esos problemas que vienen en forma de gotas, más grandes y más pesadas que tú. Difícil resistir. Pero pronto, no importa el tiempo que tardes, veras que la solución no es otra, que olvidar la tormenta, coger tu paraguas y embarcarte en esa aventura. Nunca esperes a que pase la tormenta, simplemente aprende a bailar bajo la lluvia.

Life

Vive. Ama. Siente. Ríe. Y disfruta sobre todo. La vida es demasiado corta para detenernos en el camino, ¿No lo crees? Somos tan idiotas de pasar el tiempo mirando al pasado, arrepintiéndonos de lo dicho y hecho. Y todo ello para nada. Porque sí, forman parte de ti, pero por más que revivamos un momento, no volverá a repetirse. Por ello vive, vive el momento y disfruta. Nunca desperdicies una oportunidad.

Siempre

¿Acaso importa ahora algo? Las idioteces que llegamos a pensar, las peleas estúpidas e infantiles que siempre tenemos. Llegará un momento en el que todo eso quede relegado al olvido, en el que no recordemos nada de eso. Llegará un momento en el que sólo tengamos en mente lo importante. Aquellos momentos que jamás podremos olvidar. Que por un motivo u otro hayan marcado lo que realmente somos. Tienes momentos especiales, que deseas nunca olvidar, ¿verdad? Nunca lo hagas, ellos serán lo mejor que tengas cuando todo acabe. Porque gracias a ellos, estaremos siempre juntos. Always.