lunes, 6 de marzo de 2017

Un capítulo de mi vida

Es curioso ver como todo avanza, el tiempo, los momentos...sin embargo, tu has quedado atascado en la misma página del libro. Y lo intentas, pero...hay algo que te impide avanzar, algo que te retiene precisamente en ese lugar, en aquel día concreto, junto a esa persona especial. ¿Y sabes? Tú intentas olvidarlo, continuar, pero te das cuenta que no puedes seguir porque el resto de páginas están en blanco y, en realidad, no quieres avanzar, ya que es duro olvidar aquello que tanto te ha importado. Ves que eres incapaz de escribir esas páginas tú sólo. Pero entonces llegan ellos, personas cargadas de lápices, plumas, bolígrafos, cualquier cosa que sirva para rellenar las páginas vacías. Cada una tiene su letra, su técnica, sus palabras...TODAS diferentes pero a la vez todas especiales. Y pronto, descubres que el libro está casi completo y que, por fin, te hallas en un nuevo capítulo.

¿Recuerdas estas líneas? Te las escribí hace tanto tiempo que igual ya no. Volver a leerlas me ha sacado una sonrisilla, de esas tontas que salen sin buscarlas y te hacen sentir bien por un momento. Hace tanto tiempo que escribí esto...y sin embargo, volviéndolo a leer, veo que es uno de los mejores textos que he redactado en mi vida. Y eso que lo hice en aquellos años, cuando apenas éramos unos críos que solo querían mostrarse al mundo y que todos les empezaran a ver como ellos realmente eran. ¿Te acuerdas?. Seguro que sí. La universidad aún estaba tan lejana...solo importaba que la semana pasara rápido y que las clases de historia se hicieran cortas. Y si hacía falta, las acortábamos nosotros. Lo dicho, solo eramos unos críos que empezaban a crecer. Bueno, en el fondo seguimos siendo un poco niños. Y no solo por las películas de Disney que tanto nos gustaban ver. Que también.

Siempre me gustó mucho este texto. No por nada mi blog se llamaba un capítulo de mi vida. Quería expresar en él cada momento, cada capítulo que definiera lo que iba sucediendo. Y tú, eras el capítulo más grande que nunca había abierto. Y, como aquella cría que era, expresarlo con palabras aquí era la forma más fácil que tenía de abrirme. Es cierto que detrás de la pluma y el papel todos somos más valientes. Y no iba a ser menos conmigo, que siempre me refugio detrás de un gran libro o de algo por escribir. Lo sabes, me conoces bien. Siempre quise ser un Gryffindor, pero no todos tenemos la valentía como cualidad (también conoces mi vena friki, es un hecho).

Y no he cambiado. Aunque parezca que sí. Sigo siendo cobarde en muchos sentidos. Y bocazas, más de los que me gustaría admitir. Una friki de los libros y las ciencias, a la que no le gustan muchas cosas que se dan por supuestas en chicas de mi edad. ¿Un buen partido para compartir vida, verdad?. Y aun así, decidiste escogerme. Sé que conocías todas esas facetas mías y aun con ello te convertiste en la persona que me sujetaba del mundo. A día de hoy no creo que seas consciente de todo lo que has hecho por mi durante estos años. No. Conoces parte, pero no todo, estoy segura. Por eso aún sigo queríendote, a pesar de todo. Y sé que nunca dejaré de hacerlo. Tú fuiste quien me dijo una vez que hay personas que te marcan. Que puede que sigan contigo para siempre o que la relación con ellas acabe. Pero te marcan, y jamás las olvidas. No se que pasará durante todos los años que nos quedan por delante, pero ten por seguro que tú, para mi, eres y has sido siempre una de esas personas. Lo supe desde el primer momento en el que hablé contigo. Y sé, que por mucho daño que nos hagamos, no seré capaz de romper las fotos de mi armario, sino que las seguiré mirando con cariño. O con alguna lágrima, que se escapa cuando no puedo evitarlo.

Por eso me duele tanto. Podría escribir páginas de todo lo que me ha dolido. Y sé que tu podrás hacer lo mismo. Incluso pensé en hacerlo ¿Sabes?. Y luego, pensándolo mejor, decidí hacer lo contrario, y escribir en papel las cosas buenas que has hecho por mi. Porque, tanto las cosas buenas como las malas, si solo son pensamientos, pueden borrarse, olvidarse, ir  otro lado. Sin embargo, si están sobre papel, las recuerdas, las lees, una y otra vez, y jamás se olvidan. ¿Y sabes lo que vi al escribir las cosas buenas? Que hay tantas, que no solo superan a las malas, sino que me quedaría sin papel para poder redactarlas.

Sé, que yo por ti he hecho menos cosas buenas que tu por mi. Soy mala persona, cada día me doy más cuenta de ello. No lo digo para que me contradigan, y me vengan con palabras agradables para decir lo buena que soy. Es un hecho, lo sé y lo que diga la gente no va a variar lo que pienso. Pero es algo que intento cambiar poco a poco. Y no es fácil ¿sabes?. Sobre todo, porque tú eres una de las causas que me incitaba a ser mejor. Y que ahora me falta. Y siento que falta una de las partes más importantes de mi vida, y quiero solucionarlo.

Han cambiado los tiempos, y la vida de ambos, lo sé, lo sabemos. Pero podríamos intentarlo ¿no crees?. Se que es difícil...pero te quiero demasiado como para perderte. Y sé que, aunque te pierda, te seguiré queriendo demasiado.